Mis ganas me hicieron llegar al mejor ritmo que pude, siempre te puedes exigir algo más pero hay que verse ahí. Me equivoqué y mucho en mi previsión, nada que ver con lo que imaginaba, poco más o menos pensé en una carrera llana y sus 2112 m. positivos se dejaron notar, a pesar de no cumplir con lo dicho tengo la sensación de que fue un éxito, quizás porque con lo que predije hubiera quedado segundo. Desde aquí enhorabuena a mi buen amigo Goyo, ganador absoluto y como dice la prensa “Rey de Volcanes”, también por supuesto a mis compañeros Andrea y Sandra, 2º en la extremo por relevos 2.0 y a Octavio, 2º en la maratón, al resto de compañeros ganadores o no mi reconocimiento.
La carrera comenzó a las 7 de la mañana del sábado, apenas estuvimos 30’ con los frontales encendidos, los primeros metros transcurrieron por la arena de la Playa de la Garita, en Arrieta, temperatura fresca y una ligera brisa. Para entrar en calor comenzamos a subir hasta los 600 m. de altitud, por un trazado que combinamos caminos de piedras, pista de tierra y asfalto.
Desde un principio mantuve un ritmo constante en toda la subida, iba lento pero sin parar, me costó hacerlo porque todo el mundo sale disparado en un inicio y solo por la inercia uno suele hacer lo mismo, la idea de quedarme atrás también me presionaba un poco, pero a pesar de todo, en este sentido estoy aprendiendo a controlarme y ser fuerte mentalmente.
Una vez culminamos la subida comenzó una bajada vertical y muy técnica, la bajé a saco, no pude reprimirme, disfruto muchísimo haciéndolo, oía a los colaboradores comentar a mi paso, “este está loco”, “debe ser pastor de cabras”, “ños como baja”….; pues cuando llegué a la Playa de Famara, de nuevo a nivel del mar, la pubalgia me mataba, había ejercido tanta tensión sobre la musculatura abdominal que el dolor se hacía insufrible, pero se fue suavizando en los 10 km siguientes que fueron prácticamente llanos.
Camino del km 35 comencé a adelantar a compañeros que ya estaba pagando los excesos del principio, eso quiera que no te da un punto de motivación extra, en este punto kilométrico, La Santa, estaba situado la salida de la maratón, con lo cual se nos iban a incorporar en la carrera 150 corredores más.
En La Santa mi previsión era 3 h 30’, hice 3 h 53’, ya empezaba a irse de la mano lo propuesto.
La maratón 42 km la pasé en 4 h 45’, lo que me dice que la segunda parte se me hizo más dura, los kilómetros del 48 al 64 fueron eternos, en este tramo, ya estaba totalmente solo, logré dar caza a mi amigo Juan, prácticamente lo había expulsado de mi lado al principio de la carrera, iba muy rápido y yo no quería salirme de lo que tenía programado, de aquí al final estuvimos juntos.
La compañía en estas pruebas ayuda mucho, la belleza de Lanzarote también, atravesamos parajes espectaculares, el Parque Nacional de Timanfaya, La Geria con sus particulares viñedos, vi algo que hacía muchísimo que no veía arar la tierra con un burro, etc…
Destacar de Lanzarote también como se vive el deporte, muchos deportistas, nacionales y extranjeros, ciclistas, corredores, triatletas, surfistas, muchos de ellos nos acompañaron en la carrera, (los surfistas no, por si alguno hace la broma).
Antes de llegar a Uga (km 64) atravesamos una zona volcánica, llena de picón en el que enterrábamos los pies, en este terreno subiendo me era imposible correr, en la bajada si corrí hincando talones pero con mucha precaución, no quería cometer el mismo error de Famara.
En este avituallamiento, por fin pude comer, esta es una de las cosas que creía tener superada, no se si fue el calor, pero es que cada vez que intenté comer algo se me hacía una bola pastosa en la boca que agrrrrr….pues aquí me tomé dos coca colas y medio bocata de salchichón. Por cierto en este punto hice las 8 h 40’ programados para toda la carrera.
Ya solo quedaban 18 km, esta parte iba con más dolores pero con la compañía de Juan Valentín, que también llevaba lo suyo, y David Cantero corrimos bastante y con cabeza, seguimos adelantando compañeros y ganando fuerzas.
Los últimos 7 km eran bajando de nuevo al nivel del mar, a falta de 2 km le dije a Juan que me animara porque estaba atravesando un bache, jo que tio animando, me animó tanto que casi lo dejo tirado, empecé a correr a ritmo alto que acabó gritándome ¡¡¡vete tú, que yo no puedo!!!, naturalmente bajé el ritmo y acabamos juntos, como no podía ser de otra manera.
La prueba a mi me sorprendió en el sentido de su dureza, corrimos por la arena de la playa, por tierra, por rocas, por picón, por asfalto, casi siempre con desniveles, el calor fué otra variable que nos desgastó muchísimo, las ambulancias trabajaron bastante, las deshidrataciones, pájaras, tirones musculares estuvieron presente en la segunda parte de la prueba.
En cuanto a la organización, se nota que es la primera edición, hay que pulir detalles de señalización y de atención al corredor en la línea de meta, pero en líneas generales os la recomiendo para el próximo año.
Ahora toca descansar y seguir con la rehabilitación para curar bien la lesión.
Quiero buscar alguna actividad deportiva que no me produzca daño para la lesión que arrastro (pubalgia), si alguno tenéis alguna recomendación, aquí estoy para escucharos.
Un abrazo y muchísimas gracias por vuestros ánimos.