lunes, 4 de marzo de 2013

HISTORIA 251 - Transgrancanaria 119 km



Antes que nada mi reconocimiento y agradecimiento a mi compañero de batalla, Vicente Díaz “Kenke”, sin él todo hubiese sido más difícil.
Durante la semana previa a la carrera, estuve recuperándome de una gripe, e intentando correr, al menos una hora diaria para ir limpiando mi cuerpo, no lo conseguí y la tos me impedía respirar con normalidad, cuando te encuentras con estos contratiempos, hay que redefinir objetivos, y el principal en este tipo de carreras, siempre debe ser terminar.
Teniendo claro que el deseo era terminar, también nos propusimos un objetivo horario, un plus más de motivación, tanto Vicente como yo, pensamos en 24 horas, lo dejamos en 23 h 48’, objetivo cumplido doblemente (puesto 130-131 de 420 participantes).

El viernes, durante todo el día tuve el gusanillo en el estómago, amigos, familia y compañeros de trabajo, no dejan de mandarte mensajes de ánimo, que te van creando un vinculo más de motivación, porque sabes que no puedes decepcionar  a nadie y menos a uno mismo.

Tenía claro también que todas las horas invertidas para lograr terminar esta carrera, tenían que ser también fuente de motivación, aunque visto desde aquí, cambiaría parte del entreno, me faltaron kilómetros pero sobretodo desnivel.

A las 22,00 h en el Auditorio comenzaba la aventura, autobuses cargados de participantes, en ese ambiente de saberse dentro de algo importante, con risas nerviosas, saludos y ánimos mutuos.

Ya en Agaete, a poco más de una hora para la salida, olor a fiesta, focos que iluminaban el cielo con distinta figuras, proyección con imágenes de la isla y música, acompañada de la voz del speaker animando y transmitiendo información.

La previsión del tiempo nos daba lluvia durante gran parte de la noche y hasta media mañana, así que salí con el chubasquero, guantes y gorro puesto, durante la subida a Tamadaba, el bochorno me hizo sudar muchísimo, tanto que desde Tamadaba a Artenara, noté el amago de subirse el gemelo, supuse que había perdido muchas sales, me tomé todo el isotónico y un tubo de magnesio, no volví a notar durante toda la carrera ningún amago más.


Por cierto, impresionante la rista de frontales y luces traseras en la subida a Tamadaba.

Llegamos a Artenara en 3 h 17’, un caldito, cargué agua y sales y rumbo al Bentayga, este tramo lo desconocía, me impresionó la bajada hasta el fondo del barranco, no tenía fin, se te viene al pensamiento que en algún momento habrá que recuperar el desnivel perdido, y si la bajada es eterna, no quiero ni pensar como puede ser la subida.

Sobre las 5 de la mañana estabamos en el Bentayga, más caldito caliente y sales para el camino, aquí comenzaba otra montaña rusa de bajada y subida, la pena de toda esta parte del recorrido es que de noche nos disfrutas del paisaje, no ves más allá de la luz de tu frontal.

Llegamos al Aserrador bajo una lluvia impresionante, calados, continuamos el camino soñando con el siguiente avituallamiento “Presa de las Niñas”, el objetivo estaba puesto siempre en el siguiente avituallamiento, un caldito caliente era una gran recompensa al esfuerzo.

Toda esta parte del recorrido hasta llegar a Chira, fue bajo el agua, en este punto el avituallamiento fue de cinco estrellas, ¡qué humanidad!, fantásticos.
Después de la subida de Soria, fue lo mejor que nos pudo pasar, tomamos fuerza para seguir subiendo a Cruz Grande.

Para mí se acercaba el momento más delicado de mi carrera, con 14 h, tocaba subir La Plata, no llegó a ser una pájara pero los sudores frios recorrieron mi frente, tuve que parar en dos ocasiones a coger aire y comer algo.

Una vez superado este momento volvimos a trotar, bajamos el peñón donde había una cuerda de ayuda y llegada al parking del Nublo, ya estábamos en Garañón, 80 km. en las piernas y 16 h, habíamos cubierto 2/3 de carrera.
En este avituallamiento tenía una mochila con ropa limpia y seca, me cambié, un plato de macarrones y en marcha de nuevo.
Los avituallamientos nos los tomamos con calma, todos, apuesto que al menos 90 minutos de carrera estuvimos parados.

La bajada hasta Teror la hicimos rápida, a las 19 h estábamos ahí, de nuevo un tentempié y a sacar los frontales, caía la noche y su humedad.
Osorio lo tenía marcado como punto negro, por el esfuerzo que requería de nuevo comenzar a subir después de 18 km bajando, pero….para nada nos supuso un sobreesfuerzo, quizás más bien un descanso, porque fué a partir de ahí con varias bajadas pronunciadas donde mi rodilla derecha empezó a quejarse.

Tortuoso, es mi definición del Barranco de Tenoya, cinco kilómetros, tan sólo cinco, pero durísimos, física y mentalmente, estás tan cerca de meta pero ves que a pesar de ello, no hay atisbo de llegar a la civilización.
Una vez llegamos al avituallamiento pensé que se había acabado, ¡nooooo!, otra vez al barranco hasta llegar a una pendiente bestial de asfalto, al final de una curva asomaba el camino de tierra que nos situaría en lo más alto de Los Giles, para comenzar a partir de ahí a bajar a meta, ahora sí, lo pasé mal por la rodilla, pero Vicente me dijo, quedan 3 km y son las 23,30 h, tenemos que llegar antes de 24 h, así que fuera dolor y a correr.

Cruzamos la alfombra con 23 h 48’, con un excelente ambiente en meta, lo cual siempre es gratificante.

Expresé toda mi gratitud de diferentes formas, satisfacción enorme, no recuerdo todo lo que dije ni a quien, fue todo una explosión de sentimientos, sensibilidad a flor de piel.

Una vez descansé un poco, el masaje lo deseché, me daba miedo que me tocaran, quise cenar y me serví un plato enorme de hamburguesa, salchichas, chorizo y patatas fritas, pero fui incapaz de comérmelo, me bebí la cerveza y para casa.

La ducha reparadora fué insufrible, dios santo que lejos están los tobillos, no sabía que era mejor agacharme o subir las piernas, una vez duchado me tomé medio litro de isotónico y me acosté, bien abrigado porque el cuerpo empezaba a enfriarse y comencé a tiritar un poco.
Dormí en la misma posición que me acosté, descansé de verdad y cuando desperté me dí cuenta que el sueño se había cumplido, era FINISHER de una gran carrera del calendario internacional.



Mi enhorabuena a todos los que se pusieron en la línea de salida de esta gran aventura, a todos los que consiguieron llegar y a todos los que lograron sus objetivos.

Soy muy feliz de compartir este mundo con todos ustedes.