jueves, 10 de marzo de 2011

El día que me hice grande


Cuando yo era más joven sentía el viento en mi cara en cada rodaje.

Mis inicios coincidieron en el tiempo con muchas de las grandes carreras que tenemos hoy en día, en Sevilla nació la maratón, la media de Los Palacios, la Nocturna del Guadalquivir, y como no el gran cross de Itálica, entre otras, todas con mucho más de 20 ediciones.

En esos fabulosos años, yo tenía en el 10000 m  35’41’’ y en la media de Los Palacios 1 h 19’, no corría mal aunque tampoco destacaba, del montón pa’rriba, tenía como entrenador a Alfredo Rodelas que en  800 m llegó a tener 1:49.88 en 1983 y en 1500 m  3:39.46 en 1990, formaba parte del Kelme y ver como llegaba al vestuario totalmente equipado, estrenando ropa, zapatillas,…. ¡qué envidia me daba!, verlo correr más…
En esa época entrenábamos en Chapina, un complejo que tenía un campo de rugby rodeado por una pista de atletismo, con un graderío debajo del cual estaba los vestuarios, gimnasio, almacén,…a la espalda del graderío había otro que miraba a la piscina olímpica, todo esa instalación duerme bajo el rio Guadalquivir y el puente de El Cachorro hoy en día. Los recuerdos quedan en la superficie.
Los días de rodaje saliamos de allí camino del Parque de María Luisa, eran dos kilómetros, la vuelta al parque era 2200 m, normalmente ida y vuelta más tres vueltas al parque ya sumaba casi 11 kms.
En esas instalaciones de Chapina se empezó a organizar un meeting de atletismo donde se traían a las figuras del momento.
No se si fue en el 88 o el 89, era uno de esos días de rodaje, mes de mayo, calorcito de primavera y la luz y olores de las tardes de Sevilla, así que como de costumbre llegué a ese Parque de Maria Luisa.
Nada más llegar el pulso se me acelera al adelantarme grupeto de atletas donde destaca uno, subo mi ritmo y me pego a ellos, pregunté ¿Aouita?, yes, no me lo puedo creer, estoy corriendo al lado del gran Said Aouita, fueron poco más de dos kilómetros, ellos hablaban, yo no podía articular palabra, me ponía a su lado, detrás, lo observaba, que maravilla de técnica, zancada larga, braceo armónico,….no tengo ni foto ni autógrafo de aquello, queda en mis recuerdos, pero…. ¡no se vayan todavía aún hay más!.....

Sigo corriendo pero a mi ritmo, recuperando, alucinado con lo que había vivido, no paraba de pensar en ello, hasta….que me adelantan dos atletas, uno de ellos, nuestro gran Jose Luis González, ¡no puede ser!, otra vez a correr, me pego a ellos, les pregunté si le importaba que me uniera, para nada, ¡vamos!, contestaron.
Casi tres kilómetros, dando resoplidos, les conté lo de Aouita, en aquella época andaban muy picados los dos, y yo lo alimenté un poco, ¡tú eres el único que le puedes ganar!, estaban entrenando allí porque venían al meeting, como siempre digo la sencillez brilla en estas figuras del atletismo mundial.


Me despedí de ellos cuando ya no pude más, y en mi regreso a Chapina, la primavera de                                Sevilla me parecía mucho más bella aún, estaba en una nube, ese día me hice grande.

5 comentarios:

  1. Pues si Juanma, una experiencia de esas, sobretodo si te pasa en la juventud "tierna" te impacta y permanece, seguramente para siempre... como las batallitas de la mili, je, je...

    Yo también tuve experiencias parecidas con profesionales del ciclismo, que era lo mio en tiempos jóvenes, y hoy me han venido a la mente como si hubiesen ocurrido ayer... tan nítidas.

    He quedado para correr en la casa de campo dentro de una hora, y ahora me voy con mas ganas.

    A ver a quien me encuentro.

    Un abrazo, monstruo.

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  2. Como para que ese día te hubieras quedado en casa. Correr junto a grandes atletas, aunque sea solo unos kms, tiene que ser algo especial.

    Un abrazo!

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  3. una gran experiencia, el poder entrenar junto a esos mitos del atletismo aunque sean unos metricos.

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  4. Que buena historia. Son situaciones que vives por casualidad y nunca olvidas.

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