Antes que nada mi reconocimiento y agradecimiento
a mi compañero de batalla, Vicente Díaz “Kenke”, sin él todo hubiese sido más
difícil.
Durante la semana previa a la carrera, estuve
recuperándome de una gripe, e intentando correr, al menos una hora diaria para
ir limpiando mi cuerpo, no lo conseguí y la tos me impedía respirar con
normalidad, cuando te encuentras con estos contratiempos, hay que redefinir
objetivos, y el principal en este tipo de carreras, siempre debe ser terminar.
Teniendo claro que el deseo era terminar, también
nos propusimos un objetivo horario, un plus más de motivación, tanto Vicente
como yo, pensamos en 24 horas, lo dejamos en 23 h 48’ , objetivo cumplido
doblemente (puesto 130-131 de 420 participantes).
El viernes, durante todo el día tuve el gusanillo
en el estómago, amigos, familia y compañeros de trabajo, no dejan de mandarte
mensajes de ánimo, que te van creando un vinculo más de motivación, porque
sabes que no puedes decepcionar a nadie
y menos a uno mismo.
Tenía claro también que todas las horas
invertidas para lograr terminar esta carrera, tenían que ser también fuente de
motivación, aunque visto desde aquí, cambiaría parte del entreno, me faltaron
kilómetros pero sobretodo desnivel.
A las 22,00 h en el Auditorio comenzaba la
aventura, autobuses cargados de participantes, en ese ambiente de saberse
dentro de algo importante, con risas nerviosas, saludos y ánimos mutuos.
Ya en Agaete, a poco más de una hora para la
salida, olor a fiesta, focos que iluminaban el cielo con distinta figuras,
proyección con imágenes de la isla y música, acompañada de la voz del speaker
animando y transmitiendo información.
La previsión del tiempo nos daba lluvia durante
gran parte de la noche y hasta media mañana, así que salí con el chubasquero,
guantes y gorro puesto, durante la subida a Tamadaba, el bochorno me hizo sudar
muchísimo, tanto que desde Tamadaba a Artenara, noté el amago de subirse el
gemelo, supuse que había perdido muchas sales, me tomé todo el isotónico y un
tubo de magnesio, no volví a notar durante toda la carrera ningún amago más.
Por cierto, impresionante la rista de frontales y
luces traseras en la subida a Tamadaba.
Llegamos a Artenara en 3 h 17’ , un caldito, cargué agua y
sales y rumbo al Bentayga, este tramo lo desconocía, me impresionó la bajada
hasta el fondo del barranco, no tenía fin, se te viene al pensamiento que en
algún momento habrá que recuperar el desnivel perdido, y si la bajada es
eterna, no quiero ni pensar como puede ser la subida.
Sobre las 5 de la mañana estabamos en el
Bentayga, más caldito caliente y sales para el camino, aquí comenzaba otra
montaña rusa de bajada y subida, la pena de toda esta parte del recorrido es
que de noche nos disfrutas del paisaje, no ves más allá de la luz de tu
frontal.
Llegamos al Aserrador bajo una lluvia
impresionante, calados, continuamos el camino soñando con el siguiente
avituallamiento “Presa de las Niñas”, el objetivo estaba puesto siempre en el
siguiente avituallamiento, un caldito caliente era una gran recompensa al
esfuerzo.
Toda esta parte del recorrido hasta llegar a
Chira, fue bajo el agua, en este punto el avituallamiento fue de cinco
estrellas, ¡qué humanidad!, fantásticos.
Después de la subida de Soria, fue lo mejor que
nos pudo pasar, tomamos fuerza para seguir subiendo a Cruz Grande.
Para mí se acercaba el momento más delicado de mi
carrera, con 14 h, tocaba subir La
Plata , no llegó a ser una pájara pero los sudores frios
recorrieron mi frente, tuve que parar en dos ocasiones a coger aire y comer
algo.
Una vez superado este momento volvimos a trotar,
bajamos el peñón donde había una cuerda de ayuda y llegada al parking del
Nublo, ya estábamos en Garañón, 80
km . en las piernas y 16 h, habíamos cubierto 2/3 de
carrera.
En este avituallamiento tenía una mochila con
ropa limpia y seca, me cambié, un plato de macarrones y en marcha de nuevo.
Los avituallamientos nos los tomamos con calma,
todos, apuesto que al menos 90 minutos de carrera estuvimos parados.
La bajada hasta Teror la hicimos rápida, a las 19
h estábamos ahí, de nuevo un tentempié y a sacar los frontales, caía la noche y
su humedad.
Osorio lo tenía marcado como punto negro, por el
esfuerzo que requería de nuevo comenzar a subir después de 18 km bajando, pero….para
nada nos supuso un sobreesfuerzo, quizás más bien un descanso, porque fué a
partir de ahí con varias bajadas pronunciadas donde mi rodilla derecha empezó a
quejarse.
Tortuoso, es mi definición del Barranco de Tenoya,
cinco kilómetros, tan sólo cinco, pero durísimos, física y mentalmente, estás
tan cerca de meta pero ves que a pesar de ello, no hay atisbo de llegar a la
civilización.
Una vez llegamos al avituallamiento pensé que se
había acabado, ¡nooooo!, otra vez al barranco hasta llegar a una pendiente
bestial de asfalto, al final de una curva asomaba el camino de tierra que nos
situaría en lo más alto de Los Giles, para comenzar a partir de ahí a bajar a
meta, ahora sí, lo pasé mal por la rodilla, pero Vicente me dijo, quedan 3 km y son las 23,30 h,
tenemos que llegar antes de 24 h, así que fuera dolor y a correr.
Cruzamos la alfombra con 23 h 48’ , con un excelente ambiente
en meta, lo cual siempre es gratificante.
Expresé toda mi gratitud de diferentes formas,
satisfacción enorme, no recuerdo todo lo que dije ni a quien, fue todo una
explosión de sentimientos, sensibilidad a flor de piel.
Una vez descansé un poco, el masaje lo deseché,
me daba miedo que me tocaran, quise cenar y me serví un plato enorme de
hamburguesa, salchichas, chorizo y patatas fritas, pero fui incapaz de comérmelo,
me bebí la cerveza y para casa.
La ducha reparadora fué insufrible, dios santo
que lejos están los tobillos, no sabía que era mejor agacharme o subir las
piernas, una vez duchado me tomé medio litro de isotónico y me acosté, bien
abrigado porque el cuerpo empezaba a enfriarse y comencé a tiritar un poco.
Dormí en la misma posición que me acosté, descansé
de verdad y cuando desperté me dí cuenta que el sueño se había cumplido, era
FINISHER de una gran carrera del calendario internacional.
Mi enhorabuena a todos los que se pusieron en la
línea de salida de esta gran aventura, a todos los que consiguieron llegar y a
todos los que lograron sus objetivos.
Soy muy feliz de compartir este mundo con todos
ustedes.